martes, 28 de enero de 2014

9na Entrega de Los Condenados de la Sierra. Los ríos profundos.

Los Condenados de la Sierra

Los ríos profundos: La Resistencia Indígena en la Sierra Norte de Puebla
NO a los proyectos de muerte capitalista en el TOTONACAPAN.
Cecilia Zeledón y
Saraí Rivadeneyra Morales*


A un año de haber sido retenidas más de 90 personas en la localidad de Ignacio Zaragoza, Olintla, ofrecemos un poco del contenido a publicarse en “Luchas Socioambientales en América Latina” de ediciones Bajo Tierra sobre la resistencia de comunidades totonacas en la Sierra Norte de Puebla ante la instalación de proyectos de muerte.
En este texto las autoras quisimos argumentar que los pueblos ancestrales y comunidades indígenas de México habitan terrenos que hoy resultan fértiles para empresas extractivas nacionales e internacionales como minas a cielo abierto, hidroeléctricas, termoeléctricas, gasoductos, ejes carreteros y parques eólicos; y que son atractivos no sólo en términos económicos, biológicos y naturales sino políticos y legales. Esto debido a que se trata de un espacio donde el Estado permite y es partícipe de una serie de violaciones a marcos legales que supuestamente norman la explotación ambiental y deberían sancionar la violación a los derechos de los pueblos indígenas.
Sin embargo en Ignacio Zaragoza, Olintla, la sorpresa fue que las mujeres, hombres y niños y niñas totonacos y nahuas, se negaron a aceptar nuevamente “proyectos de desarrollo y progreso” para superar su pobreza. Desafiaron a la empresa y autoridades que piensan que las personas pueden ser engañadas, compradas o cooptadas. El 5 de diciembre del 2012 Grupo Minero México pretendía meter un buldócer a la comunidad de Ignacio Zaragoza, Olintla, a pesar de no contar con ningún permiso. L@s pobladores de Zaragoza, indignados y conscientes decidieron no dejar pasar la máquina. Se organizaron en un plantón en la entrada de la comunidad que duró casi cinco meses. Redactaron, en asamblea comunitaria, el día 7 de diciembre una minuta de acuerdos donde más de cien vecinos firmaron en contra de la hidroeléctrica.



La presencia intimidatoria de policía estatal y municipal en medio del plantón nunca desanimó, al contrario, sólo mostró que éste fue el primer paso de un largo camino de resistencia. Esta serie de agresiones llegó a su clímax el 26 y 27 de enero del 2013, cuando noventa personas, entre vecinos de los pueblos de Bibiano Hernández y Olintla, miembros del Consejo Tiyat Tlali y organizaciones solidarias con el plantón, fueron retenidas durante 24 horas en la comunidad, debido a que maestras y maestros y otros profesionistas de la cabecera municipal, bloquearon la salida después de presenciar una reunión de rechazo al proyecto.
Héctor Arroyo Bonilla, presidente municipal de Olintla expresó ese 26 de enero del 2013 ante la población y ante funcionarios de Gobernación y la Secretaría de Comercio, Trabajo y Desarrollo Económico (SECOTRADE) que su objetivo y función en era negociar el precio de las tierras que compraría Grupo México para la construcción de la hidroeléctrica (Grabado en la reunión celebrada el 27 de enero del 2013 por las autoras). En abril del 2011 el gobierno del estado había ya firmado ya Convenio Generación de Energía Limpia con la empresa para el autoabastecimiento de las minas de dicha empresa.
Además del plantón y la detención inmediata de maquinaria y personal de Grupo México, hombres y mujeres emprendieron una larga lista de acciones en defensa de su tierra y su vida. Hubo denuncias penales y una queja ante la Comisión de Derechos Humanos por parte de los pobladores de Ignacio Zaragoza. También las ruedas de prensa y salidas a las ciudades de Puebla y México como acciones de pronunciamiento y denuncia ayudaron también a que el día 14 de Octubre, después de que dos días antes las localidades de Olintla marcharan en su cabecera municipal, Grupo México anunciara la cancelación de dicho proyecto. Sin embargo, mientras esto ocurre, aparecen nuevas concesiones mineras y proyectos hidroeléctricos en municipios como Tlatlauqui, Cuetzalan, Zacatlán y Tepango.
Las luchas son muchas y a su comienzo han despertado intereses de partidos políticos, quienes en las elecciones municipales en su mayoría se pronunciaron en defensa de la vida. Así mismo llaman la atención del gobierno federal, quien envió al Comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indígenas, Jaime Martínez Veloz, despertando esperanza en las decenas de comunidades afectadas reunidas al menos en dos ocasiones. Sin embargo, mientras ocurría este “diálogo”, los gobiernos permitieron avanzar los diferentes proyectos.
“Ríos profundos” nos comparte no únicamente la amenaza y tristeza sino la alegría y dignidad como andares compartidos por muchas localidades que no han emprendido la lucha solas sino que han levantado la voz de manera colectiva. Ante la amenaza, la mentira, la sordera e ignorancia de parte de las autoridades, la decisión es la mirada colectiva, el apoyo, la palabra y el grito, la defensa inmediata y la solidaridad entre pueblos y comunidades campesinas e indígenas.

*Universidad de la Tierra-Puebla

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