El
día miércoles 6 de febrero, el secretario de gobernación, Fernando Manzanilla,
hizo una serie de graves declaraciones con la intención de silenciar las voces
de la localidad de Ignacio Zaragoza que desde el 5 de diciembre del 2012, se
mantienen en un plantón evitando que se adentre una máquina bulldozer para abrir brecha hacia el río
Ajajalpan, donde se pretende construir una hidroeléctrica de Grupo México.
Sus
palabras afirman que el Consejo Tiyat Tlali provocó el desorden en el municipio
de Olintla, y que la mayoría de la gente del municipio está a favor de la
hidroeléctrica. Menciona que la localidad de Ignacio Zaragoza ahora está en
orden y que los ambientalistas provenientes de fuera, ocasionaron un desorden
al interrumpir el camino del presidente municipal.
Estas
declaraciones no únicamente aminoran la situación en Olintla y dotan al Consejo
Tiyat Tlali de una capacidad que no tiene; estas declaraciones, son un intento de silenciar
las voces de cientos de personas instaladas en un plantón en la localidad de
Ignacio Zaragoza desde el 5 de diciembre del 2012, hace ya 2 meses. Es una
manera de voltear la mirada, de hacerse el que no ve que hombres, mujeres y
niños unidos están evitando con firmeza y con mucha fuerza, que una máquina bulldozer atraviese por su pueblo y sus
terrenos.
Es
muy triste que fue hasta el momento en el que la élite mestiza de la cabecera
municipal de Olintla, agredió y retuvo a 28 personas de organizaciones sociales
y 43 de la localidad de Bibiano Hernández, que las autoridades se hayan visto
obligadas a informar sobre la negativa de la localidad de Ignacio Zaragoza a la
instalación de un proyecto pactado entre Grupo México y Rafael Moreno Valle. Les
es difícil reconocer que el proyecto en gran parte ha sido detenido, aunque los
empleados continúan laborando, y se lo atribuyen a las organizaciones de fuera y
no a hombres y mujeres totonacas defensoras de la tierra. Responsabilizar a los
fuereños del conflicto es además negar que hombres y mujeres indígenas, por
ellos mismos, por su experiencia y sus proyectos de vida, sean capaces de
decidir por sí mismos y por su territorio. Es también olvidar a las localidades
vecinas solidarizadas con Zaragoza, como son Bibiano Hernández, Vicente
Guerrero, El Arenal y Dimas López.
Sin
embargo, la determinación con la que las personas del plantón han dicho que
permanecerán ahí hasta que la máquina se retire, es un grito firme que el
secretario de gobernación debería escuchar.
Recordemos que son ellos, y no las organizaciones quienes día y noche
detienen que este proyecto avance. Recordemos que su petición es que se retire
la máquina del camino y que no vuelva nunca, así mismo, que se cancele el
proyecto hidroeléctrico.
Finalmente, esta es una invitación a los medios de comunicación, autoridades de diferentes niveles de gobierno, sociedad civil y hombres y mujeres de todos los pueblos, escuchen a las defensoras y defensores de la tierra que desafían además al silencio y al olvido al cual han intentado condenarlos. Son sus voces las que nos recuerdan que desde la llegada de la máquina a su localidad, han recibido la visita de delegados de gobernación, que han hecho caso omiso de sus demandas y que ahora hasta niegan que tengan voz propia.
Voces contra el silencio de Ignacio Zaragoza Olintla, Puebla. Voces de la localidad.
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