Fermín Alejandro García
Periodista de La Jornada de Oriente
Durante el sábado y el
domingo pasados, un grupo de 70 opositores a la construcción de una
presa en el municipio serrano de Olintla fueron retenidos por un grupo
de golpeadores azuzado por el alcalde priísta, Héctor Arroyo Bonilla,
quien de esa manera intentó obstaculizar los esfuerzos que ha hecho el
Consejo Tiyat Tlali para informar a la población sobre los efectos
nocivos que implicará la construcción de una planta hidroeléctrica del
Grupo México. Este es solamente un pequeño botón de muestra de los
múltiples conflictos que se están generando en el estado de Puebla por
el impulso de 22 proyectos mineros y seis hidroeléctricas –según la
Asociación de Cronistas Historiadores y Narradores de la Sierra Norte–,
que son llevados a cabo por empresas de origen chino, canadiense e
inglés, además de las mexicanas.
Ha sido en los dos años que lleva la administración del gobernador
panista Rafael Moreno Valle Rosas cuando se ha incrementado la presencia
de dichas compañías, pues de acuerdo con datos de la Secretaría de
Economía federal, entre 2011 y 2012 se otorgaron concesiones para
explotar 59 mil hectáreas en la geografía poblana. La firma que obtuvo
la mayor parte de los permisos fue la canadiense Almaden Minerals, que
obtuvo anuencias para la extracción de oro en 45 mil hectáreas.
A la par, se han emprendido proyectos de construcción de seis
hidroeléctricas, las cuales, al parecer, están destinadas a abastecer de
energía eléctrica y, sobre todo, de agua, a las mineras en cuestión.
Tal como están planteados los proyectos, se pretende alterar el libre
flujo de varios ríos, sin importar el riesgo que eso implica para la
población, los ecosistemas y para la generación de riesgos de desastres.
La aparición de los llamados
proyectos de muerte
ha generado
el temor y la resistencia de la población en por lo menos cuatro
regiones del estado: las de Tulcingo del Valle, Zautla, Tetela de Ocampo
y Olintla, municipios donde las compañías quieren explotar yacimientos
de metales a cielo abierto.
Frente a estos brotes de malestar, se ha observado una actitud
soterrada del gobierno del estado, pues aunque ha fijado la posición de
que no permitirá la instalación de empresas contaminantes, al mismo
tiempo facilita los trabajos de dichas compañías mineras que realizan
labores de exploración sin contar con los permisos locales y desdeñando
siempre las voces críticas de académicos autorizados, así como la
inconformidad de la gente.
Pero ante la indiferencia o franca complacencia de la administración
morenovallista, han surgido también movimientos ciudadanos bien
organizados que se oponen a estos megaproyectos. Es el caso de
la asociación civil Tetela Hacia el Futuro, que ha dado una dura batalla
contra la minera Frisco, divulgando información e interponiendo
recursos legales para evitar que esa compañía del Grupo Carso, que
dirige Carlos Slim Helú, abra la mina Espejeras, para extraer a cielo
abierto oro y plata.
El 10 de noviembre del año pasado, el pueblo serrano de Zautla
se embraveció, y tras una sola jornada de protestas en la que
participaron 32 comunidades de la demarcación logró la expulsión de la
empresa minera de origen chino JDC Minerales, cuyos trabajadores
firmaron un oficio en el que se comprometieron a retirarse del municipio
en un plazo de 24 horas.
Los encargados del proyecto de extracción se quedaron sin opciones:
los habitantes y la autoridad municipal determinaron en asamblea general
no conceder los permisos de uso de suelo, de construcción ni uso de
explosivos, sin los cuales la compañía no puede continuar con los
trabajos, pese a que cuenta con la autorización del gobierno federal.
Los habitantes se opusieron a las operaciones de la minera ante la
amenaza de que contaminara el río Apulco con los químicos que utilizaría
en la extracción de tierra. Sin embargo, el gobierno estatal ya ha
puesto en marcha mecanismos de presión, corrupción y chantaje que buscan
inhibir la participación de los pobladores.
Todos Somos Tulcingo, otra organización surgida para evitar que The
Oro East Mining Company explote yacimientos de antimonio en aquel
municipio de la sierra Mixteca de Puebla, ha denunciado que el edil
Ulises Rodríguez Campos ha recibido ofertas sobre recursos para obras
públicas a cambio de que la administración comunal libere los permisos
de uso de suelo para la minera.
Porque en su afán de obtener los permisos correspondientes de los
ayuntamientos, las empresas no parecen escatimar en nada y al parecer
han logrado sobornar a algunos alcaldes para que den el visto bueno a
sus proyectos.
En Olintla, por ejemplo, los opositores a la hidroeléctrica tienen
serias sospechas de que el alcalde Héctor Arroyo Bonilla está en
contubernio con el Grupo México, pues además de alentar a la turba que
prácticamente secuestró a 70 activistas y habitantes de Olintla en la
junta auxiliar Ignacio Zaragoza este fin de semana, su síndico, Domingo
de Jesús Francisco Galindo, y el suplente de éste, Bernardo Vega
Sánchez, estuvieron repartiendo volantes y otra propaganda que decía, "Yo estoy a favor de la presa hidroeléctrica en Olintla"
Las potencias económicas mundiales, y las emergentes como China,
están a la caza de lo que queda en el mundo de minerales estratégicos, y
se muestran dispuestos a despojar de ellos a quienes los tienen, sin
importar las afectaciones que sufran. Lo lamentable es que las
autoridades, sobre la base del señuelo de la creación de empleos y del
crecimiento económico, permitan la depredación del territorio nacional.
Habrá que preguntarse cuál es el motivo real de este entreguismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario